miércoles, 11 de marzo de 2015

TODO ES MAR

Navego por un mar de letras. Al lanzar por la borda la perífrasis me quedo sin predicado. Esto enfurece a los asuntos marítimos y se me vienen encima una aliteración, un calambur, una onomatopeya y hasta una paronomasia. Sigo achicando con la agilidad que me permiten mis músculos de marinero de tinta y papel, pero es inútil. Somos engullidos por el retruécano y la hipérbaton. Al final, el quiasmo. Vosotros, lectores, sois los marineros embaucados por este capitán; sed pacientes conmigo, y cuando lleguemos a puerto os pido clemencia. Los más mareados podéis ir a casa mascullando vuestras nauseas y los más convencidos, -por piedad-, decidle a los demás, que suban al barco, que el viaje no está tan mal, que el capitán no es tan malo…

domingo, 2 de noviembre de 2014

La princesa Kristina




Le dijeron que viviría en la ciudad de Sevilla, la más luminosa y plácida del mundo (no le hablaron del calor), le dijeron que pasaría susurrantes días en un palacio árabe, con jardines llenos de animales alados y unicornios, con árboles cuyos frutos daban esmeraldas y rubíes, acompañada del sonido tenue del agua corriendo por las fuentes de mármol y mecida por noches estrelladas de diamantes. Embarcó en Tönsberg con destino a Valladolid para casarse con el infante Don  Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio. Siete meses de viaje en los que la princesa noruega paseó su melena rubia por la costa inglesa, la Normandía francesa y los condados catalanes. Por donde pasaba, reyes y príncipes le pedían en matrimonio anonadados por su belleza escandinava, pero en la Edad Media, las chicas no tomaban decisiones y menos las princesas. El primer año lo pasó buscando la sombra. El segundo, las piedras preciosas; solo encontró higueras cargadas de brevas y naranjos. Al tercero, llegó a la conclusión de que los unicornios no eran más que borricos desaliñados y al cuarto año de su llegada, se embarcó clandestina en una galera y Guadalquivir arriba,  llegó a mar abierto, en donde buscó hasta el fin de sus días, las noches estrelladas de diamantes.

miércoles, 6 de agosto de 2014

NADA



                                                                        NADA


         El hombre buzo se colocó la escafandra y se sumergió decidido a no regresar a la superficie nunca más. Solo la promesa de amor de la mujer buzo le hizo tornar al mundo terrenal, pero aun así, ni el día de su boda consintió en quitarse el traje. Sellaron la ceremonia con un choque metálico de sus cabezas en lo que pareció ser un beso de amor. Con sus zapatos de plomo y su traje impermeable, se dirigía todas las  mañanas a su nuevo trabajo, arrastrando los más de cien kilos que llevaba encima. En la lonja hacía de contrapeso en la balanza, a la vez que de atracción turística, y al terminar la jornada laboral no era difícil verlo en el puerto, mirando el mar que quedaba a sus pies. Una tarde no regresó a casa y cuando consiguieron izarlo a la superficie y quitarle por fin la escafandra, observaron que allí no había nada, excepto unas algas, agua de mar y un suspiro de alivio.

domingo, 13 de abril de 2014


TITANIC

         El capitán Edward Smith puede ver como la proa ya ha desaparecido en las aguas heladas del Pacífico y recuerda cuando empujado por los efectos de una copa de más de oporto, vociferó que ese barco no lo hundía ni Dios. Ha dado orden de que dos calderas sigan funcionando a pleno rendimiento para que el barco no se quede a oscuras y los afortunados que están en los botes salvavidas puedan disfrutar del espectáculo. Se siente pesado y su cuerpo de gordinflón le recuerda que los diez platos de la cena de primera clase han sido un exceso. Pero no tiene miedo; cada una de las viandas engullidas incluía una copa de vino. Mira a su derecha y allí está Dios que le llama bocazas. Smith se fija en su barba y concluye que la suya luce más blanca.

         

sábado, 8 de febrero de 2014

GLÍGLICO

De regreso a casa, Chihiro y yo nos metemos en la cama. En un  momento dado ella se tordula los hurgalios. Yo aproximo suavemente mis orfelunios y nos dejamos llevar por la jadehollante embocapluvia del orgumio. Mientras Chihiro y yo practicamos el capítulo 68, Totoro y Literato corretean por la casa. Tengo mis dudas, pero yo creo que este gato es de color azul. Se escapan. Totoro, convertido en gatobús pasea a Literato, el perro, por la ciudad. Salimos a buscarlos y los encontramos en la sesión golfa de la Filmoteca. Vemos una película de Hayao Miyazaki; “Mi vecino Totoro”. Versión original subtitulada al castellano. Empiezo a entender un montón de cosas. El gatobús y todo eso. No podemos terminar de verla. El acomodador nos enfoca con su estúpida linterna y nos echan de la sala: no está permitida la entrada de personas a esta proyección.                    


domingo, 2 de febrero de 2014

NAUPACTO O LA BATALLA DE LEPANTO



Estoy cansado de los gritos de los turcos, del fuego y del humo. De los encuentros sangrientos entre galeras, de los golpes de artillería, de las picas, de las armas enastadas, de las espadas, de la espesa nube de saeta. Renuncio a la Liga Santa y exijo que me paguen con creces la pérdida de movilidad de mi mano izquierda. Hasta aquí he llegado y es el momento de cambiar el rumbo de mi vida; empezaré por imaginar molinos de viento.


sábado, 25 de enero de 2014

PAPÁ QUIERE SER PRINCESA

A Álgora.


El espejo le devuelve el rostro afeitado. El contorno blanquecino que queda donde antes había barba, se disimula con  maquillaje. Papá elimina pelo de sus cejas y las perfila con un lápiz negro. Se aplica en resaltar sus pómulos, en hacer grandes sus pestañas con otras, infinitas, y las hace moverse coqueto para ver el resultado.  Da profundidad a su mirada creando contrastes entre las sombras claras y oscuras. Utiliza marrones, grises y un verde oscuro que remata con un toque plata en el lagrimal. Consigue unos labios rojos que invitan a besar y corona su cabeza con una  peluca  de corte moderno y reflejos caoba. La camisa es de seda, de manera que cae voluptuosa sobre los pechos de látex, de tamaño apetecible. Dan ganas de tocarle las tetas. Uñas postizas de porcelana: divinas. Hombreras, plataformas, leggins,  y un buen copazo de Gordon´s. Busca en el armario y elige un bolso a juego, de imitación, aunque nadie lo diría. Ya está preparada, pero papá no es mujer de una única copa. Solo aprecio un problema a su nuevo trabajo: demasiada ginebra.