Navego por un mar de letras.
Al lanzar por la borda la perífrasis me quedo sin predicado. Esto enfurece a
los asuntos marítimos y se me vienen encima una aliteración, un calambur, una
onomatopeya y hasta una paronomasia. Sigo achicando con la agilidad que me
permiten mis músculos de marinero de tinta y papel, pero es inútil. Somos
engullidos por el retruécano y la hipérbaton. Al final, el quiasmo. Vosotros,
lectores, sois los marineros embaucados por este capitán; sed pacientes
conmigo, y cuando lleguemos a puerto os pido clemencia. Los más mareados podéis
ir a casa mascullando vuestras nauseas y los más convencidos, -por piedad-,
decidle a los demás, que suban al barco, que el viaje no está tan mal, que el
capitán no es tan malo…
A VECES EMPAPADOS DE VERANO
miércoles, 11 de marzo de 2015
domingo, 2 de noviembre de 2014
La princesa Kristina
Le dijeron que viviría en la ciudad de Sevilla, la más luminosa y plácida del mundo (no
le hablaron del calor), le dijeron que pasaría susurrantes días en un palacio
árabe, con jardines llenos de animales alados y unicornios, con árboles cuyos
frutos daban esmeraldas y rubíes, acompañada del sonido tenue del agua
corriendo por las fuentes de mármol y mecida por noches estrelladas de
diamantes. Embarcó
en Tönsberg con destino a Valladolid para casarse con el infante Don Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio. Siete
meses de viaje en los que la princesa noruega paseó su melena rubia por la
costa inglesa, la Normandía francesa y los condados catalanes. Por donde
pasaba, reyes y príncipes le pedían en matrimonio anonadados por su belleza
escandinava, pero en la Edad Media, las chicas no tomaban decisiones y menos
las princesas. El primer año lo pasó buscando la sombra. El segundo, las
piedras preciosas; solo encontró higueras cargadas de brevas y naranjos. Al
tercero, llegó a la conclusión de que los unicornios no eran más que borricos
desaliñados y al cuarto año de su llegada, se embarcó clandestina en una galera
y Guadalquivir arriba, llegó a mar
abierto, en donde buscó hasta el fin de sus días, las noches estrelladas de
diamantes.
miércoles, 6 de agosto de 2014
NADA
NADA
El hombre buzo se colocó la escafandra y se sumergió
decidido a no regresar a la superficie nunca más. Solo la promesa de amor de la
mujer buzo le hizo tornar al mundo terrenal, pero aun así, ni el día de su
boda consintió en quitarse el traje. Sellaron la ceremonia con un choque
metálico de sus cabezas en lo que pareció ser un beso de amor. Con sus zapatos
de plomo y su traje impermeable, se dirigía todas las mañanas a su nuevo trabajo, arrastrando los
más de cien kilos que llevaba encima. En la lonja hacía de contrapeso en la
balanza, a la vez que de atracción turística, y al terminar la jornada laboral
no era difícil verlo en el puerto, mirando el mar que quedaba a sus pies. Una
tarde no regresó a casa y cuando consiguieron izarlo a la superficie y quitarle
por fin la escafandra, observaron que allí no había nada, excepto unas algas,
agua de mar y un suspiro de alivio.
domingo, 13 de abril de 2014
TITANIC
El capitán Edward Smith puede ver como la proa ya ha desaparecido
en las aguas heladas del Pacífico y recuerda cuando empujado por los efectos de
una copa de más de oporto, vociferó que ese barco no lo hundía ni Dios. Ha dado
orden de que dos calderas sigan funcionando a pleno rendimiento para que el
barco no se quede a oscuras y los afortunados que están en los botes salvavidas
puedan disfrutar del espectáculo. Se siente pesado y su cuerpo de gordinflón le
recuerda que los diez platos de la cena de primera clase han sido un exceso.
Pero no tiene miedo; cada una de las viandas engullidas incluía una copa de
vino. Mira a su derecha y allí está Dios que le llama bocazas. Smith se fija en
su barba y concluye que la suya luce más blanca.
sábado, 8 de febrero de 2014
GLÍGLICO
De regreso a casa, Chihiro y yo nos metemos en
la cama. En un momento dado ella se tordula los hurgalios. Yo aproximo suavemente mis orfelunios y nos dejamos llevar por la jadehollante embocapluvia del orgumio. Mientras Chihiro y yo practicamos el capítulo 68, Totoro y Literato corretean por la casa. Tengo mis
dudas, pero yo creo que este gato es de color azul. Se escapan. Totoro,
convertido en gatobús pasea a Literato, el perro, por la ciudad. Salimos a
buscarlos y los encontramos en la sesión golfa de la Filmoteca. Vemos una
película de Hayao Miyazaki; “Mi vecino Totoro”. Versión original subtitulada al
castellano. Empiezo a entender un montón de cosas. El gatobús y todo eso. No
podemos terminar de verla. El acomodador nos enfoca con su estúpida linterna y
nos echan de la sala: no está permitida la entrada de personas a esta
proyección.
domingo, 2 de febrero de 2014
NAUPACTO O LA BATALLA DE LEPANTO
Estoy
cansado de los gritos de los turcos, del fuego y del humo. De los encuentros
sangrientos entre galeras, de los golpes de artillería, de las picas, de las
armas enastadas, de las espadas, de la espesa nube de saeta. Renuncio a la Liga
Santa y exijo que me paguen con creces la pérdida de movilidad de mi mano
izquierda. Hasta aquí he llegado y es el momento de cambiar el rumbo de mi
vida; empezaré por imaginar molinos de viento.
sábado, 25 de enero de 2014
PAPÁ QUIERE SER PRINCESA
A
Álgora.
El espejo le devuelve el rostro afeitado. El
contorno blanquecino que queda donde antes había barba, se disimula con maquillaje. Papá elimina pelo de sus cejas y
las perfila con un lápiz negro. Se aplica en resaltar sus pómulos, en hacer
grandes sus pestañas con otras, infinitas, y las hace moverse coqueto para ver
el resultado. Da profundidad a su mirada
creando contrastes entre las sombras claras y oscuras. Utiliza marrones, grises
y un verde oscuro que remata con un toque plata en el lagrimal. Consigue unos labios
rojos que invitan a besar y corona su cabeza con una peluca
de corte moderno y reflejos caoba. La camisa es de seda, de manera que
cae voluptuosa sobre los pechos de látex, de tamaño apetecible. Dan ganas de
tocarle las tetas. Uñas postizas de porcelana: divinas. Hombreras, plataformas,
leggins, y un buen copazo de Gordon´s. Busca
en el armario y elige un bolso a juego, de imitación, aunque nadie lo diría. Ya
está preparada, pero papá no es mujer de una única copa. Solo aprecio un
problema a su nuevo trabajo: demasiada ginebra.
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